Drenaje agrícola
Antecedentes
Los suelos pueden tener alta humedad por causas naturales como: exceso de lluvias, inundaciones, poca permeabilidad de las capas del subsuelo, obstáculos para las escorrentías, entre otros factores.
Desde tiempos remotos el hombre aprendió a construir canales, zanjas, desagües, diques y otras obras para preservar sus suelos agrícolas o para recuperarlos. Estas obras eran similares para los fines de riego como para el drenaje, y pueden ser superficiales o subterráneas, abiertas o cerradas. Para extraer y conducir el agua hasta terrenos más bajos o cauces se aprovecha la fuerza de la gravedad o se emplean bombas u otros dispositivos.
El 35 % de las tierras agrícolas cubanas están afectadas por problemas de mal drenaje, inundaciones y salinidad. En estas áreas para obtener rendimientos estables y económicos, es necesario regar, pero si no se drenan, la producción se pierde parcial o totalmente. Los trabajos de drenaje agrícola, están indisolublemente ligados a los de recuperación de suelos salinos mediante lavado. En Cuba se utiliza comúnmente el término drenaje parcelario, que indica que se recuperan parcelas destinadas a la producción de cultivos sembrados en parcelas. La generalización del drenaje superficial parcelario en las plantaciones de caña de azúcar garantizó incrementos en los rendimientos superiores al 20 %.
Objetivos del drenaje agrícola
El drenaje de los suelos se efectúa con los siguientes objetivos:
- Evitar el estrés en las plantas por el exceso de humedad
- Combatir las enfermedades en los cultivos que se favorecen en ambientes húmedos
- Mantener un régimen de humedad en el suelo favorable para la vida y crecimiento de las plantas
- Recuperar terrenos que pueden destinarse a los cultivos, la ganadería u otros usos
- Proteger los terrenos agrícolas contra las escorrentías producidas por las lluvias u otras causas
- Eliminar el exceso de salinidad en el suelo.
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