Cultivos de ciclo corto con prácticas
de conservación de suelo.
Los cultivos de ciclo corto forman una parte importante de la dieta familiar, dentro del manejo integral se los cultivan en callejones y con aplicación de rotación de cultivos, para mantener la fertilidad del suelo y evitar la necesidad de tumbar cada vez mas montaña.
Los desechos de la cosecha el estiércol de los animales se aprovechan para hacer abono orgánico para el huerto o el mismo cultivo de ciclo corto.
Es decir algunos vegetales se descomponen en el suelo esto permite devolver nutrientes al suelo.
Rotación de cultivos
Este sistema es otra forma de reducir el agotamiento del suelo.
Los cultivos de ciclo corto se pueden dividir en dos grupos:
gramíneas plantas que exigen mucho del suelo.
leguminosas plantas que aportan nitrógeno al suelo a través de la fijación de nitrógeno del aire.
leguminosas plantas que aportan nitrógeno al suelo a través de la fijación de nitrógeno del aire.
En la rotación de cultivos se alternan los cultivos de los dos grupos.
Así después de un cultivo que exige mucho del suelo, sembramos otro que aportara nutrientes. Así por ejemplo, en la misma parcela se siembran primero arroz, después soya, después maíz, luego maní, trigo, y fréjol.
Tomando la regla de intercambio de los dos grupos, se pueden elegir los cultivos de los dos grupos, se pueden elegir los cultivos que más le convienen a su familia.
La rotación de cultivos también nos ayuda a controlar plagas y enfermedades, porque al cambiar las plantas hospederas se rompe el ciclo de reproducción de las plagas de insectos.
Con la utilización de los callejones, la rotación de cultivos y el uso de abonos orgánicos podemos seguir sembrando en la misma parcela y con el tiempo este sistema mantiene la fertilidad del suelo sin necesidad de aplicar fertilizantes.
En los primeros anos pueden ser necesarios aplicar una fertilización de acuerdo a la calidad del suelo.
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